Jesús Herrero vino a Moscardón desde Galve hace algo más de una década por una cuestión personal, y puso en marcha hace una década la vivienda rural La Casa de los Maestros, situada a apenas 50 metros de la plaza del pueblo. Allí donde conserva una nutrida biblioteca especializada en geología e historia de la zona, además de recuerdos de sus exploraciones e investigaciones. Trabaja además por las cuatro esquinas de Aragón.
“La idea principal cuando llegué –explica– era vincular a la gente al territorio, empezando por la geología. Siempre me ha interesado mirar hacia atrás y ver las implicaciones de lo ocurrido en el presente; por ejemplo, el porqué de la ubicación del pueblo, el tipo de plantas que tenemos aquí y que dependen mucho de los suelos, calizos o arenosos tras la retirada de las aguas marinas millones de años atrás”.
Jesús profundiza en la materia y su discurso continúa por las ramificaciones que considera necesarias, como la animal. “La fauna local también tiene sus peculiaridades; soy de los que piensa que cada animalico cumple su función en la tierra, todos son puntos de equilibrio. Los más abundantes son el ciervo, el corzo, el gamo y la cabra montesa; también el jabalí, el tejón y el zorro”.En octubre es famosa la berrea aquí, una ceremonia singular de apareamiento de los cérvidos que llena de sonidos característicos toda la zona.
De casta le viene al galgo
Jesús lleva en los genes su pasión por la geología. Su padre, José María, fue el primer descubridor de huellas de dinosaurio en Galve, un pionero que inculcó a sus hijos el amor por la observación del terreno.
Jesús, cuando era apenas un niño, fue el primero en descubrir rastros de dinosaurio en los Corrales del Pelejón de Galve. Ahora se remonta a la prehistoria al analizar la orografía de Moscardón. “El pueblo está en un elevado, y tiene tajos a ambos lados, dos fallas que fueron mar. Una, la continental, discurre en dirección Cuenca, donde teóricamente estaba ya la tierra. Al otro lado está la fosa marina más profunda que, por tanto, tiene más depósitos. La formación de las esponjas tan típicas de esta zona se dio en aguas muy someras, de entre 5 y 10 metros de profundidad. La zona es rica en vestigios prehistóricos: entre el Cabriel y el nacimiento del Tajo hay una falla inmensa, que estudian ahora la Universidad de Zaragoza y la Complutense”.
Pasear por la zona con Jesús es detenerse a cada paso; sus explicaciones rezuman pasión por lo que hace. Además de la geología, conoce cada hierbita en el camino. “Es que no hay una cosa sin otra, geología y botánica van de la mano. Aquí hay ajedreas, lavanda, jasonia glutinosa o té de roca, lúpulo silvestre, saúco, nogales espectaculares en la ribera del río, fresas silvestres que son raras en Teruel… al cabo del año, además, florecen hasta medio centenar de orquídeas diferentes, algo que ha atraído a especialistas de todo el mundo”.
Moscardón es además un punto estratégico en la Sierra de Albarracín. “Antiguamente, el pueblo se comunicaba por señales con la Torre del Andador de Albarracín, estamos al oeste. Son 20 kilómetros en línea recta y se siguen viendo nuestras luces allá”.
La historia esculpida en la loma a golpe de mares y dibujos fósiles
La Formación Moscardón tiene su propia entrada enciclopédica en el mundo de la geología: se trata de una unidad estratigráfica limitada a muro y techo por discontinuidades. Está compuesta por depósitos de calizas de crinoides con niveles de calizas de oolitos ferruginosos de Arroyofrío; además, presentan sedimentos como laminaciones cruzadas y ripples, con fauna fósil muy abundante.
Jesús Herrero domina estos conceptos, pero los trufa con experiencias personales. “Fijaos en esta capa de 20 a 22 centímetros; esas pequeñas bolitas se fueron formando poco a poco y luego hubo un periodo de unos 5 millones de años sin depósitos”. Una de las formaciones más llamativas son las esponjas tubulares que forman montículos; son muy raras a nivel mundial. También son muy interesantes las esponjas de pradera. Además, también tenemos vestigios de los antiguos arrecifes de coral, que están al nivel de los atolones de Jabaloyas”.
Jesús tiene su huerto en la zona de la Cañada Mediana, cerca de la Balsa del Molino. Le dedica a sus hortalizas todo el tiempo que puede, pero su pasión es caminar, observar y anotar. Cuando cree que un hallazgo sorprendente está a la vuelta de la esquina, no vacila en subirse a la loma o mojarse los pies. “La verdad es que tenemos un tesoro para los amantes de la geología, aquí y en muchos puntos de la provincia de Teruel, pero hay que preservar ese patrimonio, y todo empieza en la educación, en la toma de conciencia. Muchas veces he pensado que lo ideal sería que los museos, al menos los temáticos, estuvieran en el lugar que alberga lo expuesto, para no sacarlo del entorno y que siga ahí en el futuro, educar para que nadie se lleve cosas a bulto. La naturaleza es un regalo que conlleva una responsabilidad”.
Andrés Pérez, el educador que echó raíces aquí y mima a sus caballos
Andrés Pérez es uno de los cinco maestros que llegaron veinteañeros hace un cuarto de siglo para buscar un proyecto de vida en Moscardón;echó raíces en el pueblo (es de Cella) y tras muchas ocupaciones, tanto altruistas como profesionales (fue durante décadas guías y educador ambiental para la DGA en el Paisaje Protegido del Rodeno junto a José Antonio Beneyto, otro del ‘club de los cinco’), puso en marcha su negocio, Caballos Albarracín. Posee un hermoso terreno a las afueras del pueblo en el que ofrece actividades equinas como rutas a caballo o jornadas de tecnificación… y también pedagogía sobre la naturaleza circundante. Ha conseguido algo importante: una actividad diferenciadora en la zona que, en su caso, ha conseguido además que el pueblo esté en el mapa ecuestre español. Además, tiene animales de granja y no descarta una futura granja-escuela.
MOSCARDÓN
Comarca. Sierra de Albarracín.
Cómo llegar. Desde Teruel, su capital de provincia, hay 58 kilómetros por la A-1513 y la A-1703, para desviarse finalmente en la TE-V-9113 hasta destino.
Comer y dormir. Aunque pertenece administrativamente a Terriente, el camping y restaurante El Algarbe es una referencia casi local para Moscardón, más cerca físicamente que la cabecera del municipio vecino. El restaurante El Horno, en Moscardón y con Rubén a los fogones, es una delicia. En cuanto al hospedaje, están las casas rurales de La Casa de los Maestros y Garrón; el hotel Castellar está cerrado. En el bar de la plaza, por cierto, los bocadillos de jamón de Teruel con pan untado de tomate son un escándalo.
Las ermitas. Además de la iglesia parroquial de San Pedro en la parte alta del pueblo, están la ermita de San Roque, la de la Virgen y la de Santa Ana (más retirada) son las tres referencias básicas; la de San Bartolomé conserva únicamente una estructura.
Artículo incluido en la serie ‘Aragón es extraordinario‘
No hay comentarios