Las catas arqueológicas realizadas con el inicio de las últimas fases de rehabilitación de la iglesia de San Francisco, en la capital turolense, han descubierto la entrada a dos criptas bajo el pavimento cuya existencia se conocía solo por referencias documentales.
Las obras de la tercera y cuarta fase de rehabilitación del templo gótico, que culminará su restauración, comenzaron el pasado 21 de octubre, con una inversión de 412.042 euros impulsada por el Departamento de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda del Gobierno de Aragón con financiación del Fondo de Inversiones de Teruel (Fite) de las anualidades 2018 y 2019.
Las actuaciones a ejecutar en estas últimas fases incluyen la renovación de la pavimentación interior de la iglesia, la instalación de un sistema de calefacción por suelo radiante con caldera de gas y la restauración de la parte inferior de los muros interiores y de las vidrieras y las tracerías de piedra que las contienen
Durante los trabajos previos de desmontado del actual pavimento, bajo supervisión arqueológica, han aparecido baldosas cerámicas vidriadas que aparentemente fueron utilizadas como guías del pavimento actual y se ha descubierto la entrada a dos criptas, de las que ya se tenían referencias documentales, según informaron fuentes del Departamento de Vertebración del Territorio.
Las obras continuarán con la instalación de una solera ventilada como soporte del nuevo pavimento. Entre la solera y el pavimento renovado se instalará suelo radiante que se calentará mediante una caldera de gas. Esta intervención solucionará las carencias del actual sistema de calefacción, que utiliza un generador de aire caliente y un ventilador, con quemador de gasóleo. El aire se introduce en la iglesia a través de un conducto que desemboca en una rejilla en el pavimento del ábside, pero el sistema no dispone de ningún tipo de control ni en la difusión ni en la producción de aire, por lo que resulta poco eficiente, costoso y ambientalmente inadecuado.
El proyecto, redactado por el arquitecto José María Sanz, incluye también el desmontaje de las siete vidrieras y su restauración en un taller especializado, así como la restauración in situ de las tracerías de piedra que las contienen. Una vez restaurados ambos elementos, actualmente en un estado muy deficiente, se procederá a montarlos de nuevo en la iglesia.
Los trabajos se completarán con el acondicionamiento de la parte inferior de los muros interiores de la nave de la iglesia y sus capillas, que presentan manchas de humedad, con pérdida de volúmenes, arenización y escamaciones superficiales, además de otras deficiencias en las basas de arranque de los arcos de las capillas.
Para la directora general de Vivienda y Rehabilitación, Verónica Villagrasa, las obras que se están desarrollando son “muy importantes” porque con ellas se culmina el proceso de rehabilitación de la iglesia de San Francisco. “Un compromiso que hemos ido desarrollando entendiendo que se trata de un monumento muy importante para la ciudad de Teruel, ya que es el único de estilo gótico, y además es un espacio que la ciudadanía usa para la celebración de eventos”, concluyó.
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