Previene incendios forestales, mejora el suelo y favorece la biodiversidad, según la Universidad Autónoma de Madrid.
La ganadería trashumante de la Sierra de Albarracín aporta más beneficios que los estrictamente económicos, tanto en las zonas de invernada como en las de agostada. Según un estudio de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) presentado ayer en Guadalaviar, la trashumancia tiene tanto o más valor por los servicios «que carecen de expresión monetaria» que por los de mercado. Destaca su papel en la prevención de incendios forestales al reducir la presencia de maleza, la fertilización del suelo, la conservación de espacios naturales, la proliferación de especies cinegéticas, la apertura de vías para el paso de la fauna, la interrelación entre poblaciones de culturas dispares y la mejora del paisaje. Constituye también un reclamo turístico, concretado en los museos temáticos de Guadalaviar y Checa (Guadalajara), visitados en 2010 por 6.300 personas. Y así hasta 33 contribuciones.
El informe, patrocinado por el Ministerio de Medio Ambiente, se ha elaborado durante los últimos tres años y será presentado oficialmente a principios de 2012. Sin embargo, en vísperas de la partida de los pastores de la Sierra de Albarracín a las zonas de invernada en Andalucía y Castilla-La Mancha, se presentaron sus principales conclusiones. Uno de los autores, José González, explicó que la investigación evidencia contribuciones de la trashumancia a la economía, el medioambiente y la cultura que habitualmente no son tenidas en cuenta por la Administración.
La Cañada Real, la vía utilizada en los desplazamientos entre Teruel y Andalucía, es un «reservorio de biodiversidad» y las zonas vinculadas a esta ruta concentran 79 especies amenazadas. El suelo de la cañada reúne mejores condiciones de retención de agua y fertilidad que las tierras de cultivo circundantes. El estudio señala que el número de incendios forestales en las zonas con presencia de ganado es inferior y, en caso de producirse, su extensión es menor. La investigación destaca también la «fertilización gratuita» de los rebaños trashumantes, que cuantifica en 43.000 euros solo en la zona de agostada.
La UAM aboga por pagar a los ganaderos trashumantes por sus «servicios ambientales», fomentar el asociacionismo y mejorar la comercialización de la producción. Se trata de medidas que podrían frenar el imparable declive de esta práctica secular.
Fuente: Heraldo de Aragón
Fecha: 23/10/2011
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