La Fuente del Deán, la más antigua que se conserva en el casco histórico de Teruel, luce casi como en sus mejores tiempos tras la restauración que ha llevado a cabo la Fundación Santa María de Albarracín a lo largo de tres meses mediante una inversión de 33.000 euros que ha sido asumida por el Grupo Térvalis.
Fue construida en el siglo XVI y permaneció durante mucho tiempo en el barrio del Arrabal hasta que alrededor de 1970 fue trasladada a la plaza de la Catedral, donde ahora permanece.
Los trabajos de restauración han sacado a la luz restos de policromía en las figuras del toro que preside el frontón o remate triangular de la fuente y las cabezas de león por las que mana el agua.
Una de las restauradoras, Lidia Alcalá, ha expresado este martes su satisfacción por haber participado en los trabajos, sobre todo porque ella es turolense. Señaló que la llegada del agua a las fuentes de Teruel «marcó un antes y un después en la ciudad» y destacó que, al haber participado en la recuperación de esta obra, cumplía un sueño, pues las salidas laborales no son fáciles para quienes se dedican a la restauración patrimonial.
Una de las tareas más complejas ha sido reparar los daños que antiguas intervenciones de conservación causaron en el monumento. Además, como ha explicado el gerente de la Fundación Santa María de Albarracín, Antonio Jiménez, la obra ha sido sometida a una limpieza y consolidación. Previamente, hubo que realizar catas para averiguar el origen de las fugas de agua en el entorno de la fuente.
Jiménez consideró que la obra «llama la atención» porque la Fuente del Deán es «un imán en la plaza de la Catedral». En el acto de inauguración del monumento tras los trabajos de restauración llevados a cabo estuvieron también la alcaldesa de Teruel, Emma Buj; el concejal de Infraestructuras, Juan Carlos Cruzado; y la directora de Proyectos de la Fundación Térvalis, Elena Utrilla.
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