El Festival Internacional de Fotografía Teruel Punto Photo, arrancó este viernes en la sala de exposiciones temporales del Museo de Teruel con la inauguración de la muestra más emblemática del certamen: Skid Row 08001, del fotógrafo Sasha Asensio.
En esta exposición se muestran 45 fotografías y tres audiovisuales de dos lugares insólitos, el barrio del Raval, en Barcelona, y Skid Row, en el centro de Los Ángeles, a más de 9.000 km de distancia.
Las fotografías de Sasha Asensio que se pueden contemplar en el Museo de Teruel son incómodas para los que miran hacia otro lado. La mirada del retratado, la realidad que le envuelve, la sonrisa escondida que resurge, el invisible empoderado son una mezcla de dolor y alegría, de color y acidez. La armonía en la derrota, la belleza en lo olvidado y la calle o los rincones más remotos son los escenarios.
De procedencia brasileña y raíces españolas, Sasha Asensio se instaló en el barrio barcelonés del Raval hace 15 años. Le atraían sus luces, sus sombras, pero sobre todo, su gente. Es un ecosistema único con un alto valor emocional, antropológico y social. Registrar con la cámara vidas insólitas se convierte para él en una necesidad vital.
Sasha Asensio está cómodo en las periferias o bajos fondos encontrando pureza y autenticidad. Personas libres de artificios que sobreviven en los márgenes sociales como auténticos héroes superando cada día grandes dificultades. Para él, es esencial la comunicación franca, directa con las personas retratadas, “sólo así podré captar la belleza y mostrarla a través de sus miradas y expresión corporal”.
Para el fotógrafo es indispensable establecer un ambiente cómodo y sincero con sus retratados. “Me interesan mucho los invisibles sociales porque contienen una sensibilidad muy alta que les impide adaptarse a las reglas, convirtiéndose en mis modelos más preciados”.
El fotógrafo establece una fuerte conexión y conocimiento con el retratado. La mayoría de las fotos son en la calle, con luz natural y lentes fijas. Utiliza la fotografía para romper el silencio y opacidad de existencias insólitas, remotas o clandestinas. A través de la imagen visibiliza a personas en los márgenes sociales del sistema. Expone la humanidad de las personas en contra del canon, gracias a la incorrección y ruptura con lo determinado. Busca la tensión emocional a través de las fotos.
“Cuando retrato a las personas me interesa desenterrar el ego olvidado durante años”, afirma. La fotografía se convierte así en magia.
Una magia que impregna también las otras cinco muestras del festival Teruel Punto Photo. Como la colectiva que se puede ver en la Logia del Museo, que se centra en los retratos de oficios, captadas por integrantes de la Sociedad Fotográfica Turolense. El director del festival, Leo Tena, destacó la buena acogida que tuvo entre los integrantes de la Sociedad esta convocatoria para captar los oficios.
Este sábado por la tarde será una buena oportunidad para conocer esta y las otras muestras que se pueden visitar durante el festival que hasta esta edición, la número doce, no se había centrado en algo tan íntimamente unido al mundo de la fotografía desde sus orígenes como es el retrato.
A las 18,30 horas partirá desde la Escuela de Arte un recorrido por las exposiciones. En esta ubicación Pablo J. Daniel y Rafael Blanca presentarán su muestra La pesca. En el Obispado de Teruel, Alba Mozas expone The poses of the soul. María Cervera y Pedro Zarzoso muestran sus Retratos encontrados en la fonda del Tozal y Gauda Caulín sus Mujeres bajo un mismo cielo, en la Caja Rural.
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