Inmersos ya en agosto es cada vez más difícil saber cuáles son las previsiones de ocupación para el mes turístico por excelencia. Los touroperadores son los que marcan ahora la tendencia y puede haber anulaciones de última hora y también reservas que se producen el día de antes en todo tipo de alojamientos. Los hosteleros confían no obstante en que este mes sea similar al del año pasado, cuando se registraron ocupaciones de entre el 70 y el 90% según las zonas, después de un mes de julio que ha seguido la tendencia de los últimos años con unos datos que preocupan porque no acaba de remontar, excepto en fines de semana concretos, como el de Baja Aragón o los eventos de Motorland. Para este mes de agosto, los pueblos se preparan para incrementar la oferta cultural y deportiva que complemente a las tradicionales fiestas patronales.
El presidente de Teruel Empresarios Turísticos, Juan Ciércoles, señaló las previsiones turísticas en la provincia para agosto no son malas “porque es un mes muy bueno”.
Destacó que los visitantes llegan atraídos por los recursos turísticos de la provincia, la naturaleza, el patrimonio y la gastronomía y destacó que comarcas que no han sido muy turísticas empiezan a moverse para hacer paquetes turísticos y atraer público a sus municipios.
Estos paquetes turísticos son fruto “del maridaje de la empresa privada y la pública” para ofrecer distintas opciones que sean del agrado ahora en verano del turismo familiar, predominante en estas fechas. Dinópolis y sus subsedes en diferentes municipios de la provincia o el museo minero de Escucha serían ejemplos de los recursos que atraen a este tipo de turismo, que en estas fechas además alarga sus días de estancia con respecto a otras épocas del año y que viene de lugares más lejanos, además de las provincias limítrofes, precisamente por contar con más días de vacaciones.
Viviendas rurales
Desde la Federación Aragonesa de Turismo Rural, su presidente, el turolense Jesús Marco, destaca que agosto es bueno en la provincia, sobre todo en la parte central del mes, entre los días 10 y 24, con previsiones de entre el 70 y el 80%, porcentajes que se verán superados en el puente del 15 de agosto. “Llevamos la misma línea de reserva que el año pasado”, señaló. Julio es un mes más flojo, reconoció, solo animado con eventos como la Baja Teruel, en la Comarca de Teruel y alrededores, o en el Bajo Aragón por las citas motociclistas de Motorland.
En esta comarca, agosto es un mes propio para visitar sus encantos patrimoniales y naturales y es elegido por turistas extranjeros y por visitantes de provincias más alejadas, que permanecen durante una semana o diez días visitando la zona. “Hay dos tipos de turistas, los que vienen de lugares más lejanos y los que están relacionados con los pueblos, porque muchos están estos días de fiesta”, comentó una hostelera de esta comarca turolense.
Beneficio para el comercio
Los comercios turolenses se benefician durante el verano de la afluencia de visitantes en la provincia o de hijos de los pueblos que viven fuera durante el año pero pasan en ellos el periodo estival. Entre semana suelen trasladarse a la capital a realizar sus compras y acuden a las mismas tiendas todos los años, no solo para comprar los artículos de primera necesidad sino también para aprovechar las rebajas o simplemente porque tienen más tiempo. “En vacaciones estás más liberado y se produce la venta emocional”, comenta el gerente del Centro Comercial Abierto, Rodolfo Pangua, que destaca que hay turistas que aprovechan su estancia para darse un capricho y compran cuando están fuera.
Los comercios turolenses conocen este fenómeno y aprovechan para hacer ofertas que puedan ser atractivas para este tipo de público.
El Centro Comercial Abierto ha puesto sus miras en los valencianos que visitan frecuentemente Teruel y para ellos lanzan campañas específicas a través de las redes sociales. “Tenemos 500 clientes que viven en Valencia y tienen su tarjeta Soy de Teruel”, cuenta Pangua.
A los pueblos envían también los comercios turolenses sofás, colchones y electrodomésticos. “Aprovechan que están en el pueblo para comprar muebles y se llevan lo que tenemos en la tienda, porque lo necesitan ya”, explicaron desde el sector.
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