La adaptación del tauros, bóvido que desciende del extinguido Uro, en una finca de 600 hectáreas de Frías de Albarracín, Calomarde y Comunidad de Albarracín, está siendo un éxito desde su llegada hace 16 meses. La manada la integran 24 ejemplares y ya han nacido media docena de novillos o terneros. No se ha producido ninguna baja en el año y medio que llevan pastando, donde ayudan en la limpieza de los bosques con la eliminación de matorrales.
El Parque Faunístico La Maleza, que colabora con Rewilding Europa, están trabajando para llevar en los programas de conservación bisontes y caballos de especies que están en peligro de extinción.
El director del Parque Faunístico Tramacastilla, Ricardo Almazán, afirmó que la introducción del tauro en los bosques de la Sierra de Albarracín está siendo un éxito por la excelente adaptación que está teniendo este bóvido que desciende del extinguido Uro, extinguió en el siglo XVII.
El pasado año llegaron a una finca que está cercada por pastores eléctricos entre Frías de Albarracín y Calomarde 18 ejemplares entre machos y hembras procedentes de Países Bajos y actualmente son 24 los ejemplares sin que se haya producido ninguna baja, produciéndose media docena de nacimientos de terneros.
La manada pasta en un gran finca de 250 hectáreas de Frías de Albarracín, Calomarde y de la Comunidad de Albarracín, que está rodeada por pastores eléctricos para que no salgan los animales.
La finca tiene en total 600 hectáreas que se irán utilizando según las necesidades de los animales y también con el programa de conservación de animales en peligro de extinción y en el que el Parque Faunístico La Maleza ya está trabajando para introducir caballos y bisontes. “Estos animales de distintas especies pueden convivir”, avanzó Ricardo Almazán.
El Parque es centro colaborador del proyecto de conservación que se está llevando a cabo por diferentes países europeos y que en España el lugar elegido ha sido la Sierra de Albarracín y el Parque Faunístico La Maleza, donde hay un macho, una hembra y una cría.
Ricardo Almazán destacó la labor que se está realizando por parte de la manada de estos animales en la limpieza de los bosques con la eliminación de matorrales y con ello la potenciación de las praderas con su regeneración y que pueden servir de alimento a otras especies tanto domésticas como salvajes.
Almazán descartó el sacrificio para la producción de la carne, aunque ésta es excepcional y de un precio muy elevado, ya que el objetivo es conservacionista de la especie y de ayuda a la limpieza de los montes, “ya que son bomberos forestales las 24 horas del día”.
En esta línea de protección de los tauros y de ayuda a la limpieza de los bosques, Almazán dijo que se están en conversaciones para llevar animales de la Sierra de Albarracín a Portugal, ya que la Sierra de Albarracín es el lugar elegido en el proyecto de conservación para la península Ibérica.
La Maleza participa en el programa Rewilding Europa con la Fundación Taurus, que ha traído a los animales a la Sierra de Albarracín.
El tauro fue configurado en los Países Bajos por selección genética. Comparte el 94 por ciento de su genoma con el Uro desaparecido desde el siglo XVII pero que estuvo muy presente por Europa. Gracias a que el ADN ha permanecido vivo y distribuido entre varias razas de ganado antiguas originales ha permitido que naciera el Tauros. Esta especie se extinguió en el siglo XVII por su facilidad para cazarlo en los bosques europeos.
Muy nobles
El cuidador voluntario en los bosques, Paco Royuela, confirmaba el éxito de la adaptación de esta especie en la Sierra de Albarracín de unos animales que calificó de “muy nobles. Defienden a sus crías como todo el mundo pero son muy nobles y asustadizos. No atacan, salen en huida. Las hembras cuando paren esconden a las crías para que nadie sepa donde están y protegerlas de los posibles depredadores”.
Paco Royuela también destacó la gran labor que hacen estos animales en la limpieza de los bosques. “Por donde pasan lo dejan todo limpio y esto es muy bueno en la prevención de incendios”. Apuntó que un tauro macho “puede llegar a pesar mil kilogramos, mientras que la hembra pesa la mitad”.
Otra característica que valoró Royuela es que las crías cuando nacen son de color pardo, pero según crecen cambian el color a negro.
Comentó también que la presencia de estos animales en la Sierra de Albarracín son un atractivo turístico como puede ser la berrea, cuya temporada ahora comienza, pero que al ser animales semisalvajes se esconden y que no se les tiene que molestar.
La finca donde están perimetrados está fuera de la actividad cinegética de los Montes Universales en la que se enmarca esta zona de la Sierra de Albarracín.
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