El estado de alarma por el Covid-19 decretado por el Gobierno de España y la orden de la Comunidad de Albarracín de prohibir temporalmente la recolección de setas está permitiendo la recuperación de los hábitats de hongos en el Parque Micológico de la Comunidad de Albarracín. Un estudio que está realizando la empresa Cesta y setas de Valencia constata la recuperación micológica en la Sierra de Albarracín y puede recomendar que haya cierres temporales para la recolección y disminuir de esta manera la presión de los buscadores de hongos en los montes de la Sierra de Albarracín.
El director y coordinador de Cesta y setas, empresa que lleva entre otras actividades la gestión del Museo Micológico de Bronchales, Miguel Gimeno López, destacó la oportunidad que supone acometer un estudio como el que se está realizando en estas semanas aprovechando la falta de presión recolectora en el parque micológico. “Estuvimos comentando con la Comunidad de Albarracín la posibilidad del estudio dada la circunstancia del Covid-19 de que no hay presión recolectora, ver como se estaban comportando los setales y hacer un estudio de productividad del bosque sin la presión recolectora para saber exactamente que puede llegar a dar de sí cada hábitat de los diversos que incluye el parque micológico”.
El estudio recoge también la grabación de paisajes y enclaves para la promoción turística de la Sierra de Albarracín. Cesta y setas ha contratado a la empresa Dronsa la filmación aérea mediante un dron de paisajes espectaculares que tiene la Sierra de Albarracín. El piloto de drones, Angel Hoyo es quien se está encargando de la toma de imágenes para el documental. Confesaba que le había sorprendido una zona como la Sierra de Albarracín, “tan bonita y verde”.
El estudio micológico de la Sierra de Albarracín comenzó a primeros de mayo y se tiene previsto que dure cuatro semanas. “Vamos a estar todo el mes de mayo con el estudio. Haremos un informe con todos los resultados. Estamos recogiendo datos, que se pasarán a un biólogo, que es Javier Marcos y hará el informe sobre productividad del bosque, los hábitats, las especies en concreto y las observaciones que vamos extrayendo durante este periodo del estudio”.
En el estudio se han elegido el hábitat del pino silvestre porque es el más significativo del parque mitológico de la Sierra de Albarracín, ya que es el que más superficie ocupa. Otro hábitat es el pastizar y prados, que hay muchos diversos y ricos, así como los de los bosques de ribera, también robledales y encinares. “Estos son los hábitats más comunes del parque micológico de la Sierra de Albarracín”, apuntó Miguel Gimeno.
En concreto, los hábitats a estudiar del pinar de pino silvestre son 3, de prado 2, de bosque de ribera 1, de robledal y 1 de encinar
En el protocolo del muestreo del estudio del Parque Micológico de la Sierra de Albarracín se valora la producción estimada por persona/hora/hectárea de los diversos hábitats de la zona. Se observa el desarrollo de los cuerpos fructíferos de los diversos hongos silvestre de valor comercial, (ver si hay predación natural o recolección furtiva) y, por último, extraer conclusiones de la relación entre el hábitat y la fructificación masiva de cada especie de hongo silvestre de valor comercial estudiado.
La superficie a estudiar son 5.000 metros cuadrados por hábitat y el tiempo de muestreo es de media hora por hábitat.
Los datos que se recogen por parte del equipo de Cesta y setas son la fecha y hora del muestreo, el número de monte, las coordenadas de las parcelas, la altitud máxima y mínima, la temperatura del suelo, la temperatura ambiental, el plano de la parcela, la humedad relativa, el conteo del número de ejemplares de especies fúngicas silvestre comerciales, el tamaño, el peso y el contego de grupos con más de tres ejemplares.
El director de Cesta y setas señaló que en lo que se lleva estudiado una de las conclusiones previas es que los ejemplares al no haber presión se llegan hacer descomunales. “Cosa que debido a la presión no se puede llegar a ver tan claramente, y, además de esto, la gran eclosión que conlleva que no se esté sometiendo la presión recolectora a los setales. Es decir, en el caso de los perros chicos o las senderuelas, que son setas que crecen agregadas formando grupos enormes si no se recolecta, si no se somete a presión no hay individuos que se puedan ver perjudicados por esta presión. Es decir, recolecto uno y es fácil que con el teje maneje se arranque otros y se dañen. De esta forma hemos visto como evoluciona completamente el hongo sin que nadie lo haya tocado. También es bueno puesto que al no extraer estas setas hacen sombra a las otras y hacen que fructifiquen más en grupo. Es una triple ventaja”.
Para el director de Cesta y setas es interesante prohibir la recolección de setas de forma temporal, hacerlo con carácter de dos semanas para que esos setales descansen y puedan fructificar y también que estos descansos fueran semanales. “Hay que tener en cuenta que son zonas donde todos los días están sometidas a presión recolectora. Con una semana o dos que demos de descanso la seta se va a regenerar. Entonces veremos ejemplares grandes. Ahora hemos visto ejemplares muy grandes de perros chicos que no nos cabían casi en el calibrador de 16 a 17 milímetros, descomunales. Esto no lo vamos a ver si no les dejamos crecer. Hay que ofrecer conciencia al recolector a través de los parques micológicos”. Gimeno hizo hincapié en la bondad de hacer estos descansos temporales parcelarios en la recolección de setas para que se puedan recuperar y prohibir la recolección en zonas frágiles como son las turberas de alta montaña. “El parón micológico que se ha impuesto ha venido muy bien en la Sierra de Albarracín y en las zonas turberas debería estar prohibida la recolección”.
Sendero micológico de 5,6 kilómetros en Bronchales
El Sendero Micológico, promovido por el Ayuntamiento de Bronchales, pretende dar a conocer a sus visitantes el rico patrimonio micológico de la zona mediante un circuito señalizado a través del propio hábitat de dichas especies. Se trata de un recorrido sencillo, de 5,6 km de longitud y pendientes moderadas, que puede realizarse tanto desde la localidad de Bronchales, como desde el camping Las Corralizas.
A lo largo del recorrido se han instalado 14 paneles interpretativos que permiten a los senderistas aproximarse a las principales especies que crecen en la zona y a distintos aspectos del mundo de los hongos. Para ampliar la información también existen réplicas de cada variedad. La senda está diseñada para pasar un día agradable en la naturaleza, disfrutando del mundo de las setas.
El sendero une Bronchales con las Corralizas y tiene fuentes y zonas recreativas para descansar, almorzar o merendar en el camino. Su baja dificultad permite recorrerlo en familia con niños y recomendarlo a grupos de escolares.
Los 14 paneles interpretativos que se encuentran en el recorrido describen los diferentes hábitats productores de setas en la Sierra de Albarracín, una serie de buenas prácticas de recolección, así como una descripción de cada una de las principales especies comestibles. Además, el Ayuntamiento de Bronchales y la Comunidad de Albarracín, en colaboración con Cestaysetas.com, han creado el Museo Micológico de Bronchales. Un centro donde conocer y aprender todos los secretos de la micología de la zona. Dada la gran diversidad micología de la Sierra el museo trata de crear cierta concienciación entre los visitantes.
Un parque micológico con seis zonas de recolección
La Sierra de Albarracín se conjuga, por su extensión, por su variedad tanto geológica, fisiográfica y vegetal, como por la diversidad y cantidad de hongos silvestres comestibles que en él fructifican (rebollones, porros, colmenillas, marzuelos, sanjuaneras…), es el núcleo más productivo de la provincia de Teruel en recursos micológicos.
Es un espacio forestal integrado por 40 Montes de Utilidad Pública pertenecientes a las entidades locales, con una superficie de más de 60.000 hectáreas.
Dada su extensión el Parque Micológico de la Comunidad de Albarracín se ha dividido en seis zonas de recolección.
Una es Muelas Centrales, que comprende Frías de Albarracín, el Vallecillo, Calomarde, Moscardón y Torres de Albarracín. Es un paraje repleto de muelas calizas, donde abundan los quejigares y carrascales, además de pinares albares y laricios. Las variedades de setas de esta zona son los rebollones y las colmenillas, en otoño y primavera respectivamente.Pero si se está atento, también es posible encontrar más setas comestibles como los champiñones, las negrillas y las setas de cardo.
Otra zona es la denominada Muelas Meridionales: Toril, Jabaloyas y Valdecuenca. Esta zona está dominada por la Sierra de Jabalón, donde abundan pinos laricios y albares. La presencia de cardo corredor, posibilita la aparición de setas del cardo, y por supuesto de los rebollones y babosas blancas y negras.
Una tercera zona es El Rodeno con Albarracín, Bezas y Gea en Sierra de Albarracín. Esta es la zona de menor altitud, y además de apreciar la belleza del paisaje protegido del Rodeno, se puede recolectar rebollones, boletus, huevos de rey y rebozuelos, esparcidos entre los rebollos y los quejigos.
La cuarta zona es San Ginés con Pozondón y Rodenas. La tierra de los rebollones y las babosas negras y blancas. En el sotobosque, y si se presta mucha atención, también se pueden encontrar porros o boletus.
La quinta zona se denomina Muelas Occidentales con Guadalaviar, Griegos y Villar del Cobo.La Muela de San Juan y la cabecera del río del Tajo, limitan esta zona rica en rebollones y colmenillas. Pero entre los pastizales, también es posible hallar las setas sanjuaneras.
Por último, está la zona denominada El Puerto con Bronchales, Orihuela, Noguera, Tramacastilla y Torres de Albarracín. Debido a la acidez del suelo, aquí se puede recolectar las cuatro especies de porros, los marzuelos, rebollones, trompetillas y colmenillas.
No hay comentarios