El punto que marca el nacimiento del Tajo, la Fuente García de la sierra de Albarracín, ha dejado de ser el lugar desangelado y árido que decepcionaba a los visitantes. Las obras que acaba de ejecutar la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) han eliminado muros de hormigón, han mejorado la conducción de agua que alimenta el manantial desde dos afloramientos cercanos y han creado un pequeño estanque al pie del monumento. El objetivo era convertir el origen del curso fluvial más largo de la Península Ibérica en un espacio amable con presencia permanente de agua.
Además, la base del monumento al Tajo, un conjunto escultórico de José Gonzalvo, ha sido recubierta de roca artificial para mejorar su integración en un entorno de alta montaña. También la plataforma situada a los pies de las esculturas, anteriormente de hormigón, ha sido recubierta de losas de piedra.
Las obras, con un coste de 250.000 euros, acaban de finalizar con financiación del Plan E. El resultado ha recibido el aprobado de los numerosos visitantes que acuden cada semana al nacimiento y también por la Comarca de la Sierra de Albarracín, que promovió la intervención ante el estado decepcionante que tenía el enclave.
El presidente comarcal, Benito Lacasa, afirmó que la zona ha quedado «de maravilla, el cambio ha sido espectacular». Lacasa añadió que el nacimiento del Tajo era un punto de interés turístico comarcal «por el nombre», pero los visitantes que se acercaban hasta allí salían «frustrados».
Por el contrario, la actual abundancia de agua -en parte por el invierno y la primavera lluviosos y en parte por la mejora de las conducciones- y el renovado aspecto del monumento, más integrado en la naturaleza, fueron saludados por los muchos turistas que se acercaron al lugar en las pasadas fiestas de Semana Santa. Benito Lacasa añadió que el caudal del nacimiento está, además, «al máximo» de su capacidad.
Lacasa afirmó que el nuevo aspecto del nacimiento lo convierte en un reclamo turístico para toda la comarca, especialmente de cara a los visitantes que llegan desde Madrid, que tienen en este paraje el punto de entrada en la provincia de Teruel. El presidente comarcal, aunque se mostró satisfecho de las mejoras, adelantó que la Comarca complementará la intervención con columpios y paneles informativos que divulguen la singularidad geográfica y medioambiental del lugar.
El jefe del Servicio de Ingeniería Fluvial de la CHT, Eduardo Martín, señaló que las mejoras suponen un «lavado de cara» de un paraje que, en su estado anterior, resultaba «horrible» para el visitante. Recordó que las esculturas de Gonzalvo que simbolizan al río Tajo y a las tres provincias que confluyen en el lugar -Teruel, Guadajalara y Cuenca- se levantaban sobre unos muros de hormigón «penosos».
Fuente: www.heraldo.es
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