La casa solariega de Pérez y Toyuela es un ejemplo sobresaliente de la vivienda tradicional.
La casa solariega de Pérez y Toyuela, en el casco antiguo de Albarracín, es un ejemplo sobresaliente de la vivienda tradicional de una familia pudiente dedicada a la actividad ganadera y al comercio de la lana. Mantiene la estructura del siglo XVII con pocos cambios y, además de convertirse desde hace unos años en un reclamo turístico, sus propietarios quieren que sea ahora un museo de la cultura tradicional.
Al atractivo arquitectónico de la casa, a la que se accede por una puerta de sillares rematada en arco de medio punto, se suman los muebles y objetos de la vida cotidiana que se exponen en las distintas estancias. La cocina muestra el menaje propio de hace un siglo, la planta noble -con techos mucho más altos que el primer piso, destinado al servicio- está equipada con el mobiliario tradicional y en las cuadras de la planta baja pueden verse los arreos de mulos y caballos. En la parte posterior del corral, una pila excavada en la roca recogía el agua que fluía por la calle superior o que manaba directamente de la tierra en épocas de lluvia. “De este modo -explica la propietaria- se podría abrevar a la vaca destinada a producir leche para la casa sin salir a la calle”.
La fachada luce el típico revoco de yeso rojo y exhibe en los balcones el maderamen torneado procedente de los frondosos bosques de la sierra de Albarracín. Sobre la clave de la puerta principal destaca el relieve del escudo familiar. El alero sobresale por encima de la calle.
La propietaria, Cristina Sáez, gerente de una empresa dedicada a organizar visitas turísticas a Albarracín, explica que muchos turistas le pedían ver una casa típica por dentro para conocer las formas de vida de la población en el pasado. La compra de la casa de los Pérez y Toyuela le permite ofrecer esta posibilidad a las visitas. Ahora tramita la licencia como casa museo.
Fuente: Herlado
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