Agricultores de la Sierra de Albarracín y la reserva Montes Universales mantienen discrepancias desde hace dos décadas.
Varios ciervos en una imagen de archivo de la reserva Montes Universales..ANTONIO GARCíALos agricultores de la Sierra de Albarracín reclaman que el Gobierno de Aragón ejecute antes de que finalice el año las indemnizaciones por los daños que los ciervos de la reserva Montes Universales producen en sus cosechas.
Es una reivindicación histórica que por estas fechas se acrecienta, a medida que se acerca el cierre del ejecicio de las administraciones.
El presidente de la Asociación de Afectados, Juan Carlos Martín, reconoce que siempre hay «malestar hacia la reserva por parte de los agricultores». «Creemos -añadía- que las actas de tasación de los daños de los campos se hacen tarde y, por tanto, los cobros se demoran hasta junio o julio del año siguiente, con los consiguientes perjuicios económicos que esto supone».
Juan Carlos Martín afirma que hace seis años se recibieron las compensaciones dentro del mismo año. «Si se pudo hacer entonces, por qué no todos los años», se pregunta el agricultor.
El director de la reserva, Pedro Artigot, reconoció que las compensaciones se hacen efectivas varios meses después de terminar el año, «pero nunca se han dejado de percibir», subrayó. Y agregó que esto se debe a que los expedientes comienzan a tramitarse a partir de octubre, una vez concluyen las campañas de las diferentes cosechas. «Si hace seis años se pudo llevar a cabo antes de finalizar el ejercicio fue porque las tasaciones se realizaron en dos procesos, el de cereales, antes, y el de la patata, más adelante», razonó el técnico. Artigot explicó que este sistema se abandonó porque entraña más dificultades administrativas al incrementar las tramitaciones.
Las pérdidas que este año han ocasionado los ciervos en las cosechas están valoradas en torno a los 108.000 euros. Hay agricultores que llegan a recibir indemnizaciones de hasta 8.000 euros.
Juan Carlos Martín admite que en ciertos sectores existe la creencia de que la Administración promueve nuevas repoblaciones de ciervos, basándose en que los daños en los campos son cada vez mayores. «Hay tierras en las que las huellas dejadas por los animales asemejan al paso de un huracán», indicaba gráficamente el agricultor.
Para el director de la reserva, esta afirmación no tiene fundamento. «Tenemos que dedicar un esfuerzo considerable para controlar la reserva como para añadir nuevos ejemplares», manifestaba Pedro Artigoz. La reserva, un espacio de unas 50.000 hectáreas, cuenta ahora con un censo de 2.300 ciervos, y la meta es bajar esta población a 2.000. «No lo hemos logrado todavía -admite Artigot-, porque nuestros vecinos de Castilla-La Mancha no hacen el mismo esfuerzo que nosotros y en el monte, los animales no saben de fronteras». En los municipios de esta comunidad que limitan con Teruel existen numerosos cotos privados en los que únicamente se potencian las batidas de trofeos -ciervos machos- y no la de otros ejemplares.
Fuente: Heraldo de Aragón
Fecha: 28/11/2010
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