La famosa villa turolense, declarada Monumento Nacional en 1961, da cobijo a un gran patrimonio artístico y cultural. HERALDO.ES descubre su belleza con una imagen interactiva de 360º.
Albarracín está considerada como una de las localidades más bellas de toda España, y prueba de ello son las numerosas declaraciones recibidas por la villa turolense. Monumento Nacional en junio de 1961, Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 1996, y en la actualidad, propuesta para ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El casco urbano de Albarracín, pese a su accidentada e irregular trama urbana, es uno de los lugares más emblemáticos del municipio que invita a pasear por sus calles descubriendo curiosos y espectaculares detalles arquitectónicos y ornamentales.
Otro punto de especial interés es la plaza Mayor, el centro neurálgico de la ciudad, donde se encuentra el Ayuntamiento con forma de ‘U’ cerrando la mitad de este espacio con sus soportales. A partir de la plaza se pueden conocer otros preciados recovecos de la villa, como su famosa Panadería, a la que da cobijo la calle de Santiago.
Por su parte, la calle de la Catedral abre para los amantes de la arquitectura todo un conjunto de edficios representativos: la casa de los Monterde, el Palacio Episcopal y un mirador con unas maravillosas vistas panorámicas de los alrededores.
En la actualidad, cada vez más personas encuentran en la naturaleza y el medio rural una alternativa al turismo de interior. En este sentido, Albarracín, con sus callejuelas, senderos y monumentos, ofrece una ambiciosa escapada para todos ellos. Un oasis legendario que defiende con orgullo su pasado y que mira al futuro preservando la identidad histórica que lo caracteriza.
Alojamientos
En el corazón del casco antiguo encontramos La Posada del Adarve, uno de los alojamientos más prestigiosos de la localidad. Este hotel rural, situado en un edificio adosado a la muralla medieval (S.XII), ocupa uno de los torreones de la antigua puerta de acceso al casco antiguo de Albarracín. El ambiente y sus vistas no decepcionarán a sus huéspedes.
Por el contrario, aquel que busque más tranquilidad puede retirarse al Hotel Valdevécar, un establecimiento de reciente construcción, situado en la entrada de Albarracín, que dispone, además, de habitaciones habilitadas para minusválidos.
Gastronomía
El clima de Albarracín es frío y su gastronomía está marcada por ello. En los restaurantes de la zona se cocinan platos fuertes para soportar las bajas temperaturas. Entre sus guisos principales destacan los huevos con jamón, las migas con uva, las sopas de ajo, el gazpacho de Bronchales, las setas, la trucha, el cordero y las conservas de cerdo. Si bien las almohábanas de Ben Razin constituyen el postre más característico.
Para poder disfrutar de estos manjares solo hay que pasarse por la sierra y visitar algunos de sus restaurantes, entre los que destaca Casa de Santiago.
Fuente: Heraldo
Fecha: 28/07/2011
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