Comienza un año más la trashumancia: por delante 24 jornadas de ruta y más de 600 kilómetros para cruzar de punta a punta la península Son pocos los pastores que a día de hoy siguen practicando la trashumancia. Su dureza dificulta el relevo generacional y cada vez es más inusual ver a los ganados cruzando los centros urbanos. Aún así, en Aragón hay quien mantiene la tradición. De Guadalaviar, en la provincia de Teruel, han partido cinco mil ovejas con destino Jaén. Abandonan las frías tierras turolenses en busca de un invierno más suave. Lo pasarán al sur de España. Regresarán a Aragón con el calor, el próximo verano.
Por delante, tienen 600 kilómetros. Son 24 jornadas de ruta. Caminarán una media de 25 kilómetros diarios y dormirán en el camino, en tiendas de campaña. La expedición atravesará las provincias de Cuenca y Ciudad Real, antes de llegar a su destino a La Carolina, en Jaén, el día 23 de noviembre.
Los pastores no estarán solos este año al frente de sus rebaños. Les acompañan un grupo de estudiantes de quinto curso de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza. Su labor: afrontar situaciones y problemas complejos que surgen en el día a día en un proceso de estas características.
Los alumnos podrán conocer el desgaste de las pezuñas durante el viaje, estudiar diversas enfermedades mediante serología a lo largo de estas cuatro semanas, tanto infecciosas como parasitarias, y conocer la variación del peso de los animales. Por otro lado, los futuros veterinarios elaborarán un diario de ruta, que se recogerá en un blog, con el fin de que puedan compartir su trabajo.
Rutas con siglos de historia
La trashumancia ha dejado una herencia de 125.000 kilómetros de cañadas ganaderas, que es un «patrimonio único en Europa». Hoy en día existen muy pocos pastores que en España practiquen esta actividad. Se trata casi de una «especie» en extinción, que conserva costumbres neolíticas en el manejo del ganado, y que como sus antepasados, cada otoño atraviesan las dehesas de la península Ibérica de norte a sur en busca de pastos para sus rebaños.
La trashumancia forma parte de un sistema de explotación ganadera que combina la utilización de los recursos naturales -pastizales, razas ganaderas autóctonas y biodiversidad- con la cultura local, los usos del tiempo y del territorio, en armonía con el medio ambiente.
En Aragón, esta actividad la siguen practicando los pastores de edad avanzada que, siendo niños, aprendieron el oficio y ya no lo han abandonado. Su vida es dura, caminan de sol a sol y duermen donde les llega la noche. Son precisamente estas condiciones y la dedicación que se necesita los factores que dificultan el relevo generacional. Por eso, cada vez es más inusual encontrarse con pastores jóvenes.
Muchos ganaderos alertan que se trata del último capítulo de lo que durante siglos fue una intensa relación entre hombres, ganados y territorio. Sin embargo, todavía hay quienes se resisten a que este legado tradicional se pierda. Los pastores actúan como agentes de conservación de la biodiversidad, contribuyen al desarrollo socioeconómico y prestan un indiscutible servicio en la limpieza del monte, evitando así uno de los mayores riesgos: los incendios.
Fuente: ABC
Fecha: 02/11/2012
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