Robert Royal (Alabama, 1940) llegó a España a principios de los 60 atraído por la llamada de los spaguetti westerns que se rodaban en Almería, y que se rifaban a los tipos con buena planta, dotes interpretativas y que supieran montar a caballo –”y que tuvieran cara de gringo”, añade sonriendo el estadounidense–. Llegó a rodar con Rafael Gil, junto a Carmen Sevilla, Paco Rabal y Arturo Fernández, Camino al Rocío (1966), pero antes de ese año, y casi por casualidad, ya había dado el salto al otro lado de la cámara, el que marcaría el resto de su vida profesional, cuando un trabajo como chófer de un productor de Estados Unidos le empezó a dar acceso a las celebrities a las que el gobierno franquista agasajaba para salir de la autarquía.
Sus primeros trabajos hicieron que la prensa anglosajona se fijara en él y comenzara una prolija y brillante trayectoria como fotoperiodista , que le llevó a viajar por todos los continentes publicando para Time, The New York Times, The Sunday, Life, People, y después también para Cambio16, El Pais o El Alcázar. Sin embargo su corazón y buena parte de su alma creativa ya no abandonaría España, a la que regresó innumerables ocasiones para hacer encargos fotográficos y donde se afincó definitivamente hace ya muchos años.
En el centro de la historia
Su solvencia como fotógrafo y la avidez de la prensa inglesa y norteamericana por seguir la actualidad de un país como España, último reducto del fascismo que había desaparecido de Europa varias décadas antes, y que se encaminaba con rumbo incierto hacia la democracia, hicieron que Royal estuviera en el centro social, político y cultural de una época históricamente tan apasionante como los últimos estertores del franquismo, la Transición y la incipiente monarquía parlamentaria. Por eso fue por derecho propio uno de los Fotógrafos de los años decisivos, que es título de la exposición de fotografías, tomadas entre 1964 y 2014 –en función de la selección que hace para cada cita las fechas varían–, que ha girado por toda España, parte de la cual pudo verse en Olba el año pasado durante el Centenario Pertegaz y que ahora, con motivo del salón Dister de diseño y moda sostenible de Teruel, visita la ciudad mudéjar.
La muestra puede visitarse gratuitamente hasta el 31 de marzo en la sala de exposiciones La Muralla, en la sede del Gobierno de Aragón en la capital mudéjar, de lunes a viernes entre las 19 y las 21 horas, y los sábado de 12 a 14 horas.
Los primeros trabajos fotográficos pagados que realizó Robert Royal en España datan de 1964, durante el 25 aniversario del final de la guerra civil, que el régimen dio en llamar Los 25 años de paz. Sin embargo la fotografía más antigua de las 51 que pueden verse en Teruel es de 1967, con un paseo de Francisco Franco por la Feria de Sevilla de ese año.
A partir de ahí, y hasta la proclamación de Felipe IV como Rey de España por las Cortes en 2014, por las paredes de la sala se extiende un exquisito tratado histórico de España en imágenes. Desde fotografías del proceso de Burgos hasta imágenes de José María Aznar como presidente de España, personaje que, por representar la alternativa al gobierno socialista de González, marcó a juicio de Royal “el auténtico final de la Transición Española y también la pérdida de interés por parte de la prensa extranjera de la situación del país”.
Personajes decisivos en la política como Franco, González, Carrillo, Manuel Fraga, Tierno Galván, Adolfo Suárez, Josep Tarrellas o Calvo Sotelo, y también en la cultura como Pedro Almodóbar, Ouka Leele, Edaurdo Chillida, Juan Gyenes, Víctora Vera, o Joaquín Rodrigo pueden verse en la exposición. Y alguna curiosidad con sello turolense, como una preciosa imagen de uno de los palcos del Teatro Real de Madrid en la que Royal fotografió a Cayetana de Alba y su marido para hacer un reportaje de sociedad que le habían encargado, y en la que en el palco superior se ve a un joven Antón García-Abril.
“Tengo que reconocer que para mí fue una enorme suerte poder estar allí, presenciar los cambios que hubo en España y tener la oportunidad de plasmarlos en la fotografía”, reconocía este jueves Royal durante la inauguración de la exposición en Teruel. “Un cambio tan grande como el que se dio en España en la Transición ocurré quizá cada dos o tres siglos, y fui muy afortunado”. Fueron los años de los cambios de timón políticos, de la apertura en lo cultural, de los ruidos de fusiles y también de la eclosión de ETA. “Cada día era revelador, cada día podía ocurrir un nuevo acontecimiento que tuviera que ser fotografíado”. Royal admite que, aunque procede de una familia “de convicciones demócratas y socialistas”, nunca tomó partido en su quehacer artístico, “porque yo puedo tener mis opiniones, pero allí estaba solo para contar lo que estaba sucediendo”
Manuel Pertegaz
Entre sus numerosos trabajos estuvo el que realizó para el modista turolense Manuel Pertegaz, para quien realizó encargos tanto para sus diseños como para más personales. Entre las imágenes que se exponen en Teruel están los míticos retratos de Pertegaz de 1971, aquellos tan difundidos en los que aparece relajado y sonriente, que son a la moda lo que a la política fue el retrato de Che Guevara realizado por Alberto Díaz Korda en marzo de 1960.
Pero en Teruel también pueden verse una decena de fotografías de Manuel Pertegaz que, entre el vastísimo archivo que con ayuda de sus hijas, Robert Royal trata de poner al día, permanecían inéditas. Se trata de retratos, de fotografías junto a varios modelos, diseños y familiares.
Una de ellas, su sobrina Dione Pertegaz, acudió el jueves a la inauguración de El fotógrafo de los años decisivos junto a su marido, Luis Bañeres, que llegó a ayudarle en alguna de esas sesiones fotográficas realizadas hace casi 50 años, según confesó el propio Royal. Sesiones que dieron de sí “un patrimonio importantísimo para Teruel, ya que Manuel Pertegaz es una de las figuras que proyectan nuestra provincia”, dijo el jueves Javier Fernández, comisario de Dister durante la inauguración de la muestra, “y que hoy tenemos la fortuna de tener aquí”.
Por último, la alcaldesa de Teurel, Emma Buj, subrayó que las fotografías de Royal constituyen una formidable lección de historia, sobre todo “para quienes entendemos la política como un servicio público, que vemos con admiración y un poco de envidia a quienes, cada cual con sus ideas políticas, fueron capaces de ponerse de acuerdo para mirar juntos hacia una misma dirección, que era el futuro de España. Deberíamos tomar ejemplo de ellos”, subrayó.
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