La baja humedad evitó la aparición de escarcha y de las placas de hielo que dificultan la circulación rodada. La previsión meteorológica apunta a que las heladas intensas seguirán.
Las tierras altas de la provincia de Teruel se encaramaron ayer al primer puesto en el ranquin de heladas en la Península Ibérica. Griegos alcanzó los 17 grados bajo cero, Torremocha -15, Villarquemado -13,1 y la ciudad de Teruel -12,3, con lo que se situó como la capital de provincia más fría de España. A pesar de la intensidad de las heladas, no se registraron problemas circulatorios ni daños de gravedad en la agricultura o los equipamientos públicos. También el Pirineo oscense soportó temperaturas muy bajas, como los -11,8 grados de Benasque.
La Dirección General de Interior de la DGA activó la ‘alerta naranja’ ante el riesgo de que las heladas intensas continúen hoy, con mínimas previstas por debajo de los 10 grados negativos en las comarcas de Teruel, Jiloca, Gúdar-Javalambre, Albarracín y Maestrazgo, así como en el Pirineo oscense. En el Sistema Ibérico zaragozano el termómetro puede llegar a -9 grados, mientras que las heladas débiles abarcan el resto del territorio aragonés.
La palma se la llevó Griegos, en la Sierra de Albarracín. Su alcalde, Manuel Lapuente, advirtió, no obstante, de que los -17 grados son una temperatura «normal» a estas alturas del año, y está todavía muy lejos de los mínimos históricos del pueblo. Lapuente explicó que, a pesar del intenso frío del amanecer, durante las horas centrales del día el tiempo soleado mejoró mucho la sensación térmica y elevó las temperaturas, con lo que la actividad de la población se mantuvo dentro de la «normalidad».
El alcalde añadió que, ya de mañana, «la gente mayor salió a pasear porque al sol se está bien». Tampoco la red de distribución de agua sufrió reventones por hielo porque, según explicó: «Estamos preparados para el frío y están enterradas profundamente». Manuel Lapuente achacó las intensas heladas a la «suerte» de vivir en un pueblo situado a 1.604 metros de altura. Lapuente señaló que La Dehesa, un prado situado a las afueras del pueblo, «estaba empapado de agua y se convirtió en una pista de hielo».
Entre los factores que hicieron más llevadero el frío en toda la provincia, destacó la baja humedad y los vientos en calma. El divulgador científico Vicente Aupí, residente en Torremocha del Jiloca, donde gestiona un observatorio meteorológico, explicó que se trató de una «helada negra» en la que, por falta de humedad, no se produce escarcha ni hielo. Aupí señaló que las temperaturas de los últimos tres días son las más frías del presente invierno.
Una portavoz del Ayuntamiento de Teruel señaló que el frío, «muy seco», no causó ninguna incidencia en las redes municipales de agua. Sin embargo, la sucesión de tres días de fuertes heladas -con temperaturas inferiores a los 10 grados bajo cero- disparó los avisos de reventones en las empresas de fontanería de la capital. Desde una de ellas, Ripoll, explicaron que en los dos últimos días han recibido 30 avisos de roturas de tuberías de agua en casas particulares. La misma fuente añadió que el trabajo se ha disparado como consecuencia de este tipo de incidencias.
El alcalde de Griegos advirtió de que, con una humedad elevada, los 17 grados bajo cero de ayer hubieran sido «insoportables», porque la sensación térmica de frío se hubiera disparado. Manuel Lapuente se inclinó por ver el lado positivo de las heladas: «Nos permitiría fabricar nieve artificial y, además, favorece la longevidad de los vecinos. De hecho, el Sistema Ibérico tiene una esperanza de vida de 91 años».
Fuente: Heraldo
Fecha: 25/01/2011
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